2011/12/24

FiloPolitica

Este libro que habrá de  que existen modos  de
devolverle  a la política la dignidad que ha perdido y
la sustancia que debería recuperar para conseguir un
mínimo de credibilidad y respeto.

Antoni  Gutiérrez-Rubí  no
es nuevo ni creo que sea discutible. A diario se expresan  voces que lamentan la falta de liderazgo político
efectivo, la cortedad moral de los gobernantes, su nula
visión de futuro, la confusión de la política con la mera
gestión, y aún ésta a menudo ine!ciente. En suma,  un sinfín de defectos que sitúan a la política en los niveles
más bajos de la afección social.

Al camino para hacerlo le da el nombre de “!lopolítica” que signi!ca, nada más y nada menos, que dotar
de !losofía a la política. ¿Filosofía? ¿A estas alturas en que la teoría y la contemplación se han ausentado de nuestro mundo pragmático y ávido de resultados tangibles? ¿A qué se re!ere Gutiérrez-Rubí cuando  reclama  más !filosofía para la política?

Los términos que usa para hacer más explícita su propuesta suenan, si cabe, aún más raros que la mención de la !filosofía misma como solución para la política.
 Son términos que  no están de moda o que tienden a estarlo sólo para frivolizarse. Lo que, a su juicio, una
política digna de tal nombre requiere es más meditación, más trascendencia, más espiritualidad, y, en de!-
nitiva, más ideas.

Con otras palabras y para entendernos:es preciso que los agentes políticos encuentren mecanismos que les lleven más allá de unas dinámicas carentes de horizontes,de proyectos y de sueños que nadie ofrece ni acierta a formular, pero que los ciudadanos están pidiendo a gritos. Más innovadoras que la política, las empresas hace tiempo que se han dado cuenta de la inanidad de un trabajo que deje de valorar la ponderación y la distancia re"exiva frente a lo más inmediato. Ninguna actividad
que se precie funciona si falta la dirección y la iniciativa que la dotan de sentido, de intención, a !n de cuentas.
¿Hacia dónde vamos? ¿Qué nos proponemos? ¿Cuáles son los objetivos últimos? Para poder dar respuesta a estos interrogantes, de vez en cuando, hay que detenerse a examinar lo que uno hace, preguntarse si está bien, si está claro lo que busca, si conviene escuchar a los que opinan distinto. Lo contrario es encumbrar el presente para vivir lo de forma absoluta sin detenerse a
calibrar lo que pueda venir después. El pensamiento, la meditación, el logos de los griegos, la palabra y el razonamiento, eso es lo que echamos de menos en nuestro mundo y, en concreto, en la política.

Si quiere saber mas de esta propuesta de política, puede mirar este enlace: ¿De que trata la Filopolitica? 




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