En un mundo en el que se requiere un acceso libre a información de toda clase para que este prospere, acaparar información equivale aun crimen, porque la información sin importar nada se traduce en verdad y libertad, porque es por esta que los hombres se hacen libres, porque es por esta que se sabe que es bueno, malo o necesario, porque es por esta que se puede saber que es justo y que no, porque es por esta que se sabe que perjudica a nuestro entorno y que no.
La avaricia siempre sera algo indignarte y detestable, algo enfermizo para el avaro, algo que hace que el piense que con ello sera un sabelotodo, pero que en realidad esto solo lo hace mas ignorante, porque el conocimiento solo crece cuando se comparte, cuando se pone en practica, el conocimiento que es aislado del resto, termina volviéndose obsoleto, esto le pasa a quienes se creen sabelotodos y no comparten lo que saben, se encierran tanto en lo poco que saben que se hacen ignorantes ante lo que hay en el mundo.
Un pueblo, una persona, una idea todo necesariamente necesita abrirse al mundo para poder creer, aquello que se cierra no aumentara su conocimiento y poder, por el contrario lo reducirá, la avaricia del conocimiento solo hace a las personas miserables y débiles.
La mejor forma para recibir mas conocimiento es compartirlo, este debe ser libre, pues así es como este hace a las personas libres en todo sentido, el que entiende esto podrá aumentar sus conocimientos y con ello podrá auto-realizarse y quien no sera condenado a la ignorancia por su propia avaricia, así de sencillo.
Efectivamente, el maestro que enseña y comparte todos sus conocimientos, crece profesionalmente y aunque no quieran reconocerlo por mesquindad o por cualquier otra razon subalterna, debe seguir adelante en su noble tarea, sembrando las semillas del conocimiento, para que en el futuro den nuevos frutos que alimenten la sabiduria de la humanidad y lo enrumbe hacia la paz social, hacia la justicia autentica, hacia el ansiado progreso, por la senda dificil y estrecha de los valores espirituales, siempre avizorando un futuro mejor.
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