2016/12/14

No estamos educando Robots

Si algo ha perdido la educación tradicional es la humanidad, ¡esto es muy enserio! por humanidad no estamos hablando de clases de humanidades, estamos hablando específicamente de que la educación tradicional ha olvidado formar personas que tengan un propósito en pro de su autorrealización personal, que sean felices y actuen de forma integral, en lugar de eso parece que la educación tradicional trata de volver a las personas seres dóciles, automatizados solamente capaces de consumir, producir y vender.
Si algo diferencia a los seres humanos de los robots, es que el ser humano tiene libertad, si hace algo puede saber el propósito de aquello que hace, puede cambiar en cualquier momento el rumbo de su vida y por último no ha de estar dedicado solamente a consumir y producir, esa es la esencia humana, tener consciencia de lo que somos, de lo que hacemos y su impacto en el mundo, esto es lo que nos permite formarnos como personas íntegras y libres, pero pareciera que esto no le importa a la educación tradicional, que quisiera que todas las personas actuen como robots. 
La educación debe ser una herramienta para formar personas íntegras y conscientes, mas no una especie de prisión que force personas para que dejen de ser ellas misma y se vuelvan una especie de robot en cuerpo humano, ojala esto lo entendieran los entes encargados de la educación pública, los maestros y los padres, la educación moderna parece que no esta destinada a crear conocimiento y libertad sino que por el contrario parece destinada a crear represión y mentes cerradas.
Tenemos que autoeducarnos por nuestra cuenta si queremos ser personas íntegras, exitosas, libres y conscientes, si no nos auto-educamos y nos atenemos solamente a la educación de la escuela o la universidad, lo mas seguro es que terminaremos siendo personas que gastan su vida entera produciendo para consumir, personas que nunca varían en sus planes del dia a dia, personas que no se conocen a si mismas, personas que acomulan años en su vida pero que nunca viven a plenitud.


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