Si algo es tradición en el sistema educativo moderno, eso es el asignar cierto tiempo a los exámenes, actividades y demás, si bien es cierto que necesitamos aprender en la vida a ser competitivos, a lograr una labor de forma rápida y a ser ágiles; Hay algo que debemos preguntarnos: ¿Está bien diseñado un examen que no da tiempo de terminarlo?
El problema de muchas pruebas para los estudiantes muchas veces no es lo que se pregunta, es el tiempo en el que tienen que terminarlo, con este problema dejan de tratar de aprender en el examen, solo les importa responder todo lo más rápido posible, aun si eso los lleva a responder al azar.
El hacer una labor en un tiempo corto puede ser algo muy bueno en la vida, pero mucho mejor es hacer esto bien, ¡de qué sirve terminar algo rápido si esto quedó mal!, los exámenes deben generar en las personas la cualidad de hacer bien lo que hagan, no de hacer algo rápido sin tener en cuenta la calidad de lo mismo.
Un exámen antes de ser una prueba de velocidad, debe ser una prueba de calidad, no sirve de nada algo veloz si no tiene calidad, por ello es muy importante comprender esto, porque tal vez en la escuela a más de un profesor lo que le importe es que respondan rápidamente sus exámenes y actividades, pero en la vida real vamos a tener que aprender a no afanarnos tanto por cosas que al final no valen la pena, vamos a aprender que la cuestión no es acabar de primeras, sino que la cuestión en realidad es hacer las cosas que debamos hacer bien, hay que aprender que no estamos en una competencia con nadie, que solo debemos preocuparnos porque nosotros seamos mejores cada dia, y ser mejores no se hacer algo por hacerlo, es hacer algo bien.
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