El síndrome del emperador es un trastorno de conducta que afecta a los niños, se inicia en el hogar, cuando el niño comienza por desafiar a sus padres, y más adelante lo hace con cualquier persona; En nuestros días este trastorno se ha hecho muy común gracias a que muchos padres no están pendientes de sus hijos, los consienten mucho y tambien gracias a la estupidas leyes que hay de protección a menores.
Quienes sufren de este síndrome para conseguir sus propósitos, gritan, amenazan y agreden física y psicológicamente a sus padres. Se podría decir que su nivel madurativo en el ámbito de la empatía (esa capacidad para ponerse en la piel de la otra persona) está subdesarrollado, por esta razón parece que no son capaces de experimentar sentimientos como el amor, la culpa, el perdón o la compasión.
Hay algunos psicólogos que dicen que este síndrome es responsabilidad de la genética del niño, pero seamos sinceros, muchos de los que fuimos educados con autoridad y sacrificio por parte de nuestros padres sabemos que este síndrome no es mas que el resultado de una mala educación, muchos de quienes fuimos criados por padres de origen humilde o del campo, que éramos castigados cuando hacíamos pataletas o tratábamos mal a nuestros padres, sabemos que ninguna mala actitud de un niño es imposible de cambiar, que con buena educación toda mal conducta se corrige.
Los padres no pueden saber que esta pensando su hijo, pero si pueden guiarlo, el problema de casi todas las enfermedades psicológicas de los niños de hoy no se curan con medicinas, con pediatras ni mucho menos con terapias tontas, se curan cuando los padres dedican tiempo a sus hijos, cuando lo dan todo por cuidarlos pero a la vez saben que tienen que corregirlos cuando tienen caprichos o una mala actitud.
Muchos niños tienen problemas mentales no porque nacen con ellos, sino por culpa del descuido o la alcahuetería de sus padres, pero tambien hay un factor que algunas veces hace que los padres no eduquen correctamente a sus hijos: - las leyes de protección infantil -.
Es bueno que existan leyes que protejan a los menores de edad, eso es innegable, pero en la sociedad de hoy estas leyes han dado un giro extremo hacia la sobreprotección, hoy un padre no puede corregir a su hijo porque esto es un delito, no lo puede enseñar a trabajar porque esto es un delito, hoy ni siquiera cuando un niño es delincuente una autoridad pública lo puede corregir porque esto es un delito; las leyes de protección a menores deben ser reformadas pues así como es malo que un niño se le pegue hasta dejarlo medio muerto, tambien es malo que no se le pueda reprender ni siquiera con una cachetada, porque si es malo que a un niño se le nieguen las cosas necesarias para estudiar y formarse, tambien es malo que se le de todo de forma fácil sin enseñarle a luchar por lo que quiere.
Hoy miles de jóvenes son delincuentes, porque ni sus padres ni el estado fueron capaces de educarlos, algunos padres no los educaron bien por sobreprotectores, por descuidados y tambien habrán otros que no los educaron bien por culpa de las leyes, el mejor método que existe para reducir la delincuencia es corregir al niño que hace algo que no debe, si los padres y los maestros hacen esto no habrá delincuentes, por eso el sistema de protección a menores debe permitir que los padres y maestros se den a respetar; Pero al final de cuentas es de padres mediocres responsabilizar al estado de la educación de sus hijos, un buen padre siempre encuentra la forma de educar correctamente a su hijo exista la ley que exista, tenga o no tenga un hogar cómodo para su hijo, tenga o no tenga como darle gustos.
Ningún trastorno como el síndrome del emperador u otros son incorregibles, no hay nada que una buena educación no corrija.
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