Las Ideas Políticas Difícilmente Cambian en el Cerebro

Esta demostrado psicologicamente que la gran mayoría de seres humanos difícilmente cambian sus ideas políticas, debido a que la parte del cerebro que almacena los ideales políticos esta en la parte emocional, de ahí que algunas personas llevan la defensa de sus ideas políticas a niveles extremos, pues las ideas políticas se arraigan en los seres humanos de forma muy fuerte.

Uno de los estudios que corroboro este hecho lo demostró lo siguiente: la amígdala cerebral y la corteza insular se activan de manera significativa al recibir estímulos fundados en argumentos que van en contra de conceptos arraigados o de ideas preconcebidas, lo cual permitió inferir que, por sus características, cuando estas dos estructuras se activan es porque el sujeto difícilmente cambiará su forma de pensar. 

El cerebro tiende a identificar como riesgozas las opiniones adversas, mas que todo en el tema político y religioso, puesto que estas ideas están muy unidas a las emociones de la persona, escuchar algo contrario despierta en la persona desconfianza, temor y una actitud defensiva ante quien dice estas cosas.

Las diferencias políticas pueden llevar a enfrentamientos y a rupturas personales que muchas veces se salen de la interpretación lógica, todo esto porque somos mas seres emocionales e instintivos que lógicos, esto es algo natural en todos nosotros y algo que claramente necesitamos cambiar porque no podemos arruinar nuestras relaciones personales solo por diferencias políticas, pero esto no es facil debido a que: Cuando las ideas políticas son tan arraigadas para cambiarlas, se tendría que cambiar de identidad y muchas veces, marcar distancias con entornos y afinidades de grupo, lo cual es algo que difícilmente se aceptariamos tanto nosotros mismos como la comunidad de la que hacemos parte.

Cuando veas que una persona no es capaz de entender tu punto de vista, en vez de juzgarla mal recuerda que esto es algo natural de los seres humanos, trata de entender también su punto de vista y de tratar de llegar a un punto común entre ambos, dos personas que tengan ideas políticas diferentes pueden trabajar juntas sin necesidad de que una renuncie a sus creencias fuertemente arraigadas, solo deben encontrar puntos en común, respetarse mutuamente y hacer primar su sentido común junto con su lógica antes de lo emocional.

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