La sociedad de consumo, que consume gente, obliga a la gente a consumir, mientras la televisión, el web, los medios imparten cursos de violencia a letrados y analfabetos. Los que nada tienen pueden vivir muy lejos de los que tienen todo, pero cada día los espían por la pantalla chica. La televisión, social networks, facebook twitter exhibe el obsceno derroche de la fiesta del consumo y a la vez enseña el arte de abrirse paso a tiros.
La realidad imita a la tele, la violencia callejera, el narcotrafico y la degradación sexual de muchos es la continuación de la televisión por otros medios.
Los niños de la calle, y no tan niños, practican la iniciativa privada en el delito, que es el único campo donde pueden desarrollarla, sus derechos humanos se reducen a robar y a morir (Los cachorros de tigre, abandonados a su suerte, salen de cacería); En cualquier esquina pegan el zarpazo y huyen. La vida acaba temprano, consumida por el pegamento y otras drogas buenas para engañar el hambre y el frío y la soledad; o acaba la vida cuando alguna bala la corta en seco.
Caminar por las calles de las grandes ciudades latinoamericanas, se está convirtiendo en una actividad de alto riesgo, quedarse en casa también, La ciudad como cárcel: hoy en día muchos se encarcelan en sus propias casas por miedo al territorio donde viven, por un miedo bien justificado.
Quien tiene algo, por poco qué sea, vive bajo estado de amenaza, condenado al pánico del próximo asalto; Quien tiene mucho, vive encerrado en las fortalezas de la seguridad. Los grandes edificios y conjuntos residenciales son castillos feudales de la era electrónica. Les falta el foso de los cocodrilos es verdad, y también les falta la majestuosa belleza de los castillos de la Edad Media, pero tienen grandes rejas levadizas, altas murallas, torres de vigía y guardias armados.
El Estado, que ya no es paternalista sino policial, no practica la caridad, el mismo estado hoy es el mayor delincuente, en la época de la economía de mercado, las crías humanas sobrantes se eliminan por hambre o tiro. Los niños de la calle, hijos de la mano de obra marginal, no son ni pueden ser útiles a la sociedad. La educación pertenece a quienes pueden pagarla; la represión se ejerce contra quienes no pueden comprarla.
Estas cosas y muchas otras en definitiva nos hacen ver que la cuidad promedio de seguir así cada día sera mas y mas peligrosa al punto de ser una gran cárcel, las soluciones van desde la mejora a la educacion y a la igualdad de oportunidades hasta la renovación cultural en todos los medios de comunicacion; Hay mucho que hacer en estos años que vienen para regresar a la sociedad misma la libertad que se ha ido perdiendo a causa de los miedos, la inseguridad y la inequidad, todo eso se logra con sentido común y no siguiendo promesas de izquierda o derecha pues estas ultimas también son causantes de que la sociedad se divida y se divida al punto de que decaiga mas rápido en lugar de progresar.
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