En una sociedad que demanda en la actualidad un mejor
sistema social, en pro del éxito sostenible y justo de esta sociedad, vale la
pena estudiar todos los planteamientos y propuestas que miles de personas a
diario plantean, uno de estos es la Autogestión; La Autogestión
trata de un modelo empresarial donde la toma de decisiones corresponde
al conjunto de los trabajadores adscritos a una entidad productiva.
Pueden éstos someter a discusión asamblearia cada una de
las decisiones que deban ser adoptadas, o las propuestas que deban ser
debatidas; pueden, también, delegar la gestión en un equipo directivo emanado
de la propia Asamblea; pueden, en fin, externalizar la gestión por tiempo limitado, etc.
Como puede apreciarse, el modo de hacer efectivo el
modelo autogestionario ofrece una multitud de variantes y una voz para todo
aquel que participe en el proceso; A condición, no obstante, de respetar su
único principio normativo: en cualquier momento, la Asamblea de trabajadores
puede revocar por mayoría una decisión previamente acordada o vetar, la adopción de medidas nuevas.
Por coherencia interna, una Autogestión está obligada a
hallar una fórmula de organización política y económica donde se tornen
plenamente operativos los valores de la Dignidad, el Sentido Común y la
Libertad de la persona humana, que tiene por universales y eternos; Junto con
el tener en cuenta la sostenibilidad ambiental.
Pero no hay rastro de Dignidad humana en los modelos
económico y empresarial donde la persona se ve obligada a vender su fuerza de
trabajo a cambio de un punto productivo donde poder ejercerla, no hay rastro de
Libertad humana allí donde el trabajador queda encastrado dentro de una
estructura rígida que le hurta todas las posibilidades asociadas a su
creatividad y personalidad; allí donde hace lo que se le manda, se desconsidera su experiencia y su capacidad
para llevar el proyecto empresarial a mejor término.
En este entorno viciado no podrá esperarse de él un
compromiso y vinculación mayor del que ya entrega. Una empresa autogestionaria
es, en cambio, aquella que cada uno de sus trabajadores puede sentir como
propia; cuyo éxito puede asociarse íntimamente a la sinergia vital de todos y cada uno de sus partícipes
por voluntad de los mismos.
La Autogestión no solo puede ser un modelo de organización
económica. Aun siendo éste un factor esencial, que se corresponde con una
profunda democratización de la economía, la autogestión que se ejerce en el
seno de las empresas sustenta también la forma de elección de los representantes,
para lograr a su vez una profunda democratización de la política y todo lo
social.
La representatividad en los sistemas neoliberal, socialista
y derivados resulta de muy baja calidad debido a la desconexión absoluta entre
electores y elegidos, la así denominada clase política. Con la autogestión la
dinámica asamblearia de elección de representantes resulta mucho más
pertinente, de este modo, al elegir un equipo de dirección para la empresa, o a
un representante sindical dentro de la rama de producción en que se integra, la
Asamblea de un centro de trabajo puede estar eligiendo, sin saberlo, al próximo
Presidente del Gobierno.
La autogestión puede centrarse en la apertura de espacios
económicos donde la Dignidad, la Responsabilidad por Voluntad y la Libertad de
la persona sean posibles, se requiere de una red de empresas y sociedades
autogestionarias que den visibilidad al
modelo y permitan corregir sus eventuales defectos, que generen una mejora
participativa constante; Una pequeña
estructura económica llamada a paliar, cuando menos y muy escasamente, las
consecuencias terribles de la incapacidad del sistema heredado para la creación
de empleo.
Articulo
relacionado a: http://www.falange-autentica.es/categorias/colaboraciones/1677-la-autogestion-falangista
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