¿Esperar? ¿Para que?

Los seres humanos son propensos a creer en toda clase de promesas que se les haga, sin importar de que o quien venga, es algo natural en nosotros porque así no queramos desde niños nuestros padres nos acostumbran a creer en sus promesas, así en el fondo ellos sepan que no las van a cumplir, quizas las promesas nos brindan ilusión y fe, algo que el ser humano necesita en cierta medida, pero también nos hace débiles, porque creer en promesas no hace esperar cosas que los mas probable es que nunca se den.

Usualmente las personas que se enseñan a esperar que se les cumpla una promesa terminan olvidando que era lo que esperaban, los manipuladores controlan a mucha gente inocente e ignorante gracias a las promesas, prometiendo y prometiendo , ilusionando y con ello despertando una fe que esta basada en mentiras, por ello en cuestión de promesas esperar es una perdida de tiempo, el que quiere hacer algo lo hace y ya, quizas se demore pero no para en su camino, lucha e intenta hasta que lo hace, solo los mentirosos y mediocres se dedican a prometer.

Los hombres no deben esperar el momento indicado, deben tomar el momento presente y convertirlo en el momento indicado, el que espera pierde, el que espera termina sin hacer nada, mientras el que toma el momento y lo convierte en su momento siempre gana, quizas no celebre una victoria en primera instancia pero siempre con cada vez que en lugar de esperar o creer en promesas, hace el momento presente su momento se hace mas fuerte en todo sentido y con ello se acerca mas a lo que el quiere.

Las masas son débiles y dependientes en gran medida a que están acostumbradas a esperar, a esperar momentos indicados para hacer una revolución, a esperar que llegue un buen líder que los guié, a esperar que de un momento a otro haya justicia;  Las masas aman que se les prometa, que se les prometa justicia, igualdad, subsidios, etcétera, las masas aman oír a populistas que solo prometen y prometen pero que nunca cumplen; Por ello solo queda dejar la maricada de creer en promesas, en lugar de esperar a que nos cumplan algo nosotros por iniciativa propia debemos luchar por ello.