El desarrollo personal o grupal
siempre va a requerir de autonomía, pues es
la facultad de la persona o entidad que puede obrar según su criterio,
con independencia de la opinión o el deseo de otros, necesitamos descubrirnos a
nosotros mismos, conocer nuestras fortalezas y debilidades, pero para eso
requerimos tener criterio propio, pues nadie que dependa de lo que le diga
otras personas puede conocerse o descubrirse.
Autonomía es la esencia de la
libertad, pero para que la autonomía no sea un libertinaje se requiere
comprender que esta es: conciencia de las cosas; espontaneidad e intimidad.
Siempre habrán cosas que
necesitemos experimentar de forma intima, no todo lo que hacemos debe ser
conocido por todo el mundo, sin privacidad no hay libertad ni autonomía, muchos
de las mejores ideas que podamos tener tienen más probabilidad de desarrollarse
en medio de la intimidad que en público.
Tener conciencia de las cosas es
la diferencia entre vivir de fantasías y ser libre en medio de la realidad,
esto implica a vivir siempre el momento, darle un sentido a la vida y ser el consciente
del porqué de las cosas, saber que todo tiene una causa y efecto.
La Espontaneidad es el lenguaje
de nuestra alma, lo que somos por naturaleza, aquello que es real en nosotros,
el ser humano autónomo no teme a ser espontaneo porque no se avergüenza de
quien es, porque no vive de apariencias, porque entiende que para ser libre
debe aceptarse tal cual como es.
La autonomía es la libertad en su
máximo resplandor, es ella la base de todo para que un país sea organizado,
culto y próspero, es la base para que una persona pueda desarrollar al máximo
todas sus cualidades, sin autonomía no hay conciencia, espontaneidad y mucho
menos intimidad.
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