Hace más de cien años en plena Primera
Guerra Mundial ocurrió algo inesperado en tiempos de guerra, una tregua
navideña, que si bien no acabo con la guerra si mostro como muchas veces en la
guerra personas que no se conocen ni se odian mueren por órdenes de unas pocas
personas que sí que se odian y si se conocen pero no mueren.
Esta tregua se dio en tierra de
nadie, donde ningún bando podía pasar al otro lado, fue iniciada por el bando alemán
(el que perdió la guerra), aunque al principio se pensó que era una estrategia
para debilitar al otro bando, al final el bando ingles acepto la tregua y compartió
momentos de cordialidad con los alemanes.
Los generales al ver estos actos,
trataron de muchas formas el incentivar odio mutuo entre las tropas, pero lo
cierto es que en la guerra los soldados solo cumplen ordenes, ninguno es malo,
ninguno odia a sus adversarios, esto muestra que los problemas de aquella epoca
se hubieran solucionado con dialogo, pues muestra que las diferencias que
desataron la guerra no provenían de los pueblos sino de sus corruptos
dirigentes.
Los resultados de esta guerra que
fueron adversos para los alemanes, terminaron desatando la Segunda Guerra Mundial,
si los vencedores de la guerra no hubieran sido tan duros con los perdedores,
nunca habría ocurrido una Segunda Guerra Mundial, nunca se hubiera sembrado
tanto rencor en el pueblo alemán, pero bueno de la Tregua Navideña solo queda
resaltar que son más las cosas que unen nuestras culturas que las que las
dividen, que no se puede odiar a nadie por pertenecer a otra nación, que los
seres humanos no somos tan desagradables después de todo y que muchas de las
cosas malas que existen en nuestro mundo en su gran mayoría es culpa de tan
solo un pequeño porcentaje de la población.
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