Los seres humanos somos seres
irracionales, es claro que la mayoría de las decisiones que tomamos son basadas
en nuestros estados emocionales, cuando no tomamos una decisión en base a como
nos sentimos en el momento lo hacemos para sentirnos de cierta forma una vez
logremos lo que nos proponemos, lo trágico de esto es que muchas veces las
recompensas que esperamos tienen una alta probabilidad de ser improbables.
Los seres humanos añoramos tener
cosas maravillosas pero que probablemente jamás obtengamos, como: un amor
perfecto, una fortuna sin trabajar, un cuerpo glorioso sin cuidar la salud, etcétera;
Algunos cuando desean tener aquellas cosas de forma fácil gastan muchos de sus
recursos en productos o rutinas que prometen dar todo aquello de manera milagrosa
pero lo único que obtienen son desilusiones y una tremenda perdida monetaria y
de tiempo.
Pasaran miles de años antes de
que la humanidad aprenda a no regirse por una emoción momentánea, probablemente
nos extingamos como especie antes de que esto pase, pero eso no quiere decir
que no podamos cambiar un poco el aspecto emocional en nosotros mismos,
tratemos de pensar más con la razón en momentos de euforia, evitemos tomar decisiones
importante de forma apresurada, aprendamos que si deseamos algo esto se logra y
se valora cuando se obtiene con esfuerzo, aprendamos que las recompensas
tremendamente grandes y fáciles de obtener casi nunca existen y si llegasen a
existir tienen un costo muy alto o se van tan fácil como llegasen.
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